El jengibre y la cúrcuma son dos especias conocidas por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El jengibre puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación en el cuerpo, y se ha utilizado tradicionalmente para tratar afecciones como dolor articular, dolor de cabeza y náuseas.
Por otro lado, la cúrcuma también tiene propiedades antiinflamatorias y se ha utilizado para tratar una variedad de afecciones, como trastornos digestivos y enfermedades del hígado. Además, algunos estudios sugieren que el jengibre y la cúrcuma también pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón, entre otras.